Nueve hábitos para ser un gran padre

¿Recuerdas los momentos agradables que pasabas junto a tu papá? ¿Y qué tal los malos recuerdos? Un gran padre en la niñez es la diferencia entre la formación de una conducta disciplinada y la de una conducta desordenada. Tal vez no te den un homenaje si haces bien este trabajo, pero al final valdrá la pena tener hijos bien educados para la vida.

Desafortunadamente no existe un manual para ser buenos padres, es difícil dar la atención adecuada a todos los aspectos de la vida y probablemente siempre se descuida uno por atender otro (trabajo vs familia). Sin embargo existen hábitos que te podrán ayudar a ejercer esta profesión.

1.- Los problemas de la calle en la calle se quedan.

Los niños no tienen que sufrir por los problemas con los que te topas fuera de casa o en el trabajo, suficiente tienen ellos con lidiar con sus asuntos: aprender, crecer, madurar. Busca algún deporte o algún hobby que te distraiga de las actitudes negativas que recibes, para que no recaiga en ellos tú stress. Llega con una sonrisa a la casa, aunque no lo sientas realmente, el efecto Pigmalión hará el resto.

2.- Educa con el ejemplo

Si tu fumas y le prohíbes a tus hijos fumar te convertirás en una persona inconsistente; si les indicas que digan por teléfono que no estás, les enseñas a mentir. Los valores que aprenden de ti (más que de tus palabras) los tomaran de tus actitudes.

No pelees frente con tu pareja frente a los niños... respeta los espacios para discapacitados... que no te escuchen maldecir (a menos que te hallas pegado en un dedo con el martillo). Los hijos aprenden de como te comportas en situaciones que requieren autocontrol, y de esta forma, cuando necesites que se actuen de forma adecuada, no tendrán problema en lidiar con estos momentos, ya que habrán aprendido con solo haberte visto hacer lo mismo.

3.- No realices promesas que no vas a cumplir.

Los pequeños crecen creyendo en todo lo que les dices, pero en cierto momento dejan de hacerlo por la sencilla razón de que no cumples lo que les has prometido y que tanta ilusión les causa. Ese viaje al zoológico que nunca se realiza, el juguete que nunca le compraste, el juego de futbol al que nunca asistieron. Promete sólo lo que puedas cumplir y de este modo obtendrás su admiración por muchos más años.
Y si has dado tu promesa... cúmplela, ya que de esta manera demuestras tu honor.

4.- Involúcrate

¿Eres acaso uno de los padres de los que sólo va a las juntas escolares cuando es tu hijo el acusado de una travesura?
Involucrarse con las actividades de tus pequeños comienza desde temprano en la mañana, al vestirlos para irse a la escuela, participar en sus juegos, leerle historias; de esta manera te percatas de sus intereses, conoces quienes son sus amigos y por ende, conoces quién es él(o ella). Tu hijo se sentirá importante si lo escuchas y eso generara la confianza para que seas parte de las actividades que comúnmente sólo realiza con sus compañeros.

Además sirve para que se aleje de los problemas.

5.- Programen las actividades familiares juntos.

Alguna vez te preguntaron ¿A dónde quieres ir de vacaciones? El hecho de que todos los miembros de la familia participen en la programación de actividades evitará que alguno se fastidie, moleste o deprima. Si a veces das tu brazo a torcer y elijes alguna actividad que a ellos les agrada y a ti no, te servirá de chantaje sentimental para cuando tu necesites que asistan a un lugar que a ellos no les divierte.

6.- Edúcalos

Has leído bien, la escuela es la responsable de enseñar, tú eres el responsable de educar; el balance entre los dos hará a tu hijo una persona capaz de valerse por sí misma en la vida. La educación no tiene que ser algo tediosos, busca algún método divertido de aprendizaje; no lo obligues , en el momento que deja de ser algo para disfrutar se convierte en una carga que los hará sufrir.

¿Sabes tocar algún instrumento? ¿Juegas muy bien al ajedrez? ¿Te encanta pescar? He ahí actividades que puedes desarrollar con ellos y al mismo tiempo educarlos. Cuando sea el momento, se acordarán del gran maestro que tuvieron y harán lo mismo.

7.- Crea rutinas para la familia

El cerebro humano, hasta el de los aventureros, se sienten cómodo con las rutinas ya que generan tranquilidad y mantienen estable la mente.

Vooy a poner un ejemplo: mi madre me pidió siempre que no importando que actividades realizara o planeara, siempre tenía que ir a comer a las 3 de la tarde. Y ahora en mi casa se hace de igual manera. La televisión siempre se apaga a la hora de la disfrutar los alimentos y por último... cada quien lava su plato. En la misma actividad, como puedes darte cuenta, existe compromiso-tiempo compartido-responsabilidad.

8.- Impúlsalo a ser ellos mismos.

Pregúntale lo que piensa sobre algún asunto, pero no lo corrijas obligándolo a que piense como tú, orienta sus intereses sin imponerle los tuyos. Permítele que elija lo que quiere, posiblemente no estés de acuerdo en algunas cosas. Si evitas que siga su propio camino, harás de él una persona amargada al no poder cumplir sus aspiraciones.

9.- Hazlo madurar

El desarrollo psicológico de tu hijo depende de cómo lo trates. Aunque te encanten los bebés, tienes que darte cuenta que en algún momento tu hijo lo deja de ser; que no importa cuánto tiempo le sigas poniendo pañales o que le permitas usar el chupete después del año de edad; en cierta etapa necesita aprender cosas nuevas y comportarse diferente, a madurar.

Si algún día esperas ver a ese cachorro prosperar y desarrollarse, dependerá de las actitudes con la que lo eduques.

1 comentario:

  1. Amigo, son muy buenos los temas que tratan y me interesan mucho, por favor si tienes mas informacion mandamelo a mi correo mpomol@ryaczm.com si gustas puedes agregarme al msn, desde ese mismo mail gracias y buenos aportes lo que tu haces para la comunidad

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Siempre leo lo que me envían... de antemano te agradezco tu comentario. :D


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