Cambios de aceite.
Básate en el manual de tu auto, porque cada modelo es diferente. Es ideal cambiar el aceite dos veces al año, una en verano y otra en invierno, porque el aceite no estará tan quemado y tu cárter no retendrá suciedades. Cuando le midas el aceite, busca que la varilla marque el máximo de llenado. No está de más que una vez cada tres meses le pongas al menos medio litro de aceite.
Afinación. Para este fin hay que basarse nuevamente en el manual del automóvil. Hazle caso a ingeniería y a los servicios de tu coche. Si lo hace conforme al manual, tu motor trabajará sin complicaciones; si le metes mano podrías dañarlo. Una afinación no la puedes hacer en casa, debes llevarlo a un taller de confianza o de preferencia a la agencia, donde tendrás garantías de piezas y mano de obra.
Revisa la banda del tiempo.
Esta banda sirve para sincronizar el movimiento del pistón en relación con la apertura de las válvulas en la cámara de combustión del vehículo. Hay un parámetro de kilómetros en el que no tiene problemas. A simple vista no es posible constatarlo, por lo que si tu auto sufre de producción de gasolina, algo está fallando en la cámara de combustión y habrá que llevarlo a revisión.
Examina las bandas y mangueras en cada cambio de aceite.
Verifica que no tenga cuarteaduras, que estén firmes y al mismo tiempo no infladas. Si tienen cuarteaduras hay que cambiarlas de inmediato porque en cualquier momento se pueden reventar mientras conduces. Las más frecuentes en sufrir desgaste son las que van unidas al bote del anticongelante, ubicado en la mayoría de los casos, junto al motor.
Lavado de inyectores.
Emulsifica la gasolina y es lo que deja que trabaje el motor. Es recomendable cambiarle los filtros al auto y no tocar los inyectores, a menos que vayas con un experto en inyección. Éstos se ubican sobre los cilindros del motor.
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