Una diversión muy curiosa y entretenida es la de colocar en sitio a propósito cajas donde los pájaros puedan hacer sus nidos, lo que permite ir diariamente a inspeccionar los huevos que ponen y a observar los progresos de la incubación y de la cría. Los árboles y las tapias y cercas de los jardines son los lugares ideales para tal objeto, ya que son los que prefieren para sus nidos.
En lo que respecta a las cajas se procurará darles un aspecto rústico, debiendo ser además perfectamente impermeables. Cualquier caja de madera puede reducirse de tamaño para este fin, pero si deseamos construirla ex profeso, una tablita de 20 cm. de ancho por 23 de largo nos servirá para la parte trasera. Luego haremos los lados con dos tablas que tengan distinta altura, una de 23 cm. y otra de 15, ambas de un ancho de 20 cm. Otra de 20 por 15 nos servirá de frente, y otra de tamaño adecuado servirá para la base.
Primero se fijarán las dos tablas laterales sobre la de la parte de atrás; después clavaremos en los lados de aquéllas la de enfrente, y en tal disposición mediremos la tabla que haya de cerrar la caja por debajo, la cual fijaremos en su sitio después de cortada.
Para el tejado-tapa se necesitará una tabla de 28 por 24 cm., la cual se sujetará a la parte posterior de la caja de modo que sobresalga por los lados y frente, a modo de un tejadillo inclinado y de manera que pueda abrirse. Antes de fijar la parte delantera es necesario abrir cerca del ángulo inferior derecho un orificio del tamaño conveniente para dejar entrada a los futuros habitantes dela caja. De este modo habremos conseguido preparar una confortable casita en la que podrán habitar y hacer su nido los pajarillos que visitan nuestro jardín.
Una vez se disponga de la caja deberá escogerse el mejor sitio para colocarla, procurando que quede orientada al norte o este, bien sujeta con clavos, tornillos o ganchos, a un árbol o a una pared, y en lugar libre del alcance de gatos y otros animales devoradores de los pajarillos y sus huevos. Por lo que hace a la altura, bastarán unos dos metros y medio o tres. Si la fijamos en un árbol, es conveniente colocar en el tronco de éste, y por debajo de la caja, una plancha circular de cinc para impedir que trepen hasta ella los gatos y otros animales.
La tapa inclinada, además de servir para hacer resbalar el agua de la lluvia, servirá para hacer más difícil que los gatos se agazapen al acecho de su presa aprovechando la entrada y salida de los pájaros. Una vez éstos hayan escogido la caja para anidar en ella, comenzarán a construir su nido en el interior. Más adelante, la hembra pondrá los huevos y mientras los empolla se podrá una o dos veces al día hacer una visita al nido y, alzando la tapa, echar una ojeada al interior, aunque sin manosear su contenido y cuidando de no despertar recelo entre los pájaros.
Es preferible aprovechar para esto los momentos en que la madre salga en busca de alimento. Al cabo de unos días los polluelos romperán el cascarón y los podremos observar hasta que sean suficientemente grandes para emprender el vuelo por sí solos.
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