No exactamente, pero casi. Además de contar con mayor número de células cónicas en la retina, también poseen una visión periférica más amplia que los hombres. Debido a la tarea que debía realizar como protectora del hogar familiar, la estructura cerebral de la mujer le permitía un ángulo de visión clara de al menos 45° por cada lado y por encima y por debajo de la nariz. Se puede afirmar que efectivamente, muchas mujeres disfrutan de una visión periférica de casi 180°.
Los ojos del hombre suelen ser más grandes y su cerebro los ha configurado para un tipo de visión túnel a larga distancia por lo que puede visualizar precisa y claramente todo cuanto está enfrente suyo, aunque esté muy retirado, cual par de binóculos. En su tarea de cazador, el hombre necesitaba un tipo de visión que le permitiese identificar un blanco a gran distancia y perseguirlo con la vista.
Las estadísticas demuestran que en 1997 sólo en el Reino Unido se atropelló a 3,952 niños, de entre los cuales 2,460 eran niños y 1.492 eran niñas. En Australia la cifra de niños víctimas de accidentes dobla a la de las niñas. La causa se encuentra en la combinación del mayor riesgo que los niños corren al cruzar carreteras junto con su disminuida vista periférica, lo que provoca inevitablemente un aumento en el índice de víctimas varones en los accidentes.
El hombre anuló casi por completo su visión periférica para evitar distraerse y poder concentrarse en perseguir con la mirada únicamente a sus presas. Por el contrario, la mujer necesitaba un amplio ángulo de visión para controlar que ningún depredador acechase la cueva. De ahí que los hombres de hoy en día sepan llegar sin ninguna dificultad a un bar que está a kilómetros, pero no puedan encontrar nada en las neveras, los cajones y los armarios de la cocina.
Entonces... ¿Por qué las mujeres tienen tanta vista?
Billones de fotones de luz, equivalentes a 100 megabytes de información contenida en un ordenador, entran en la retina del ojo cada segundo. Se trata de demasiada información que el cerebro debe procesar y, por ello, sólo asimila los datos necesarios para la supervivencia. Por ejemplo, una vez que el cerebro recoge información sobre los diferentes colores del cielo, selecciona únicamente lo importante, en este caso, el color azul. Su cerebro estrecha nuestra visión para que se puedan concentrar en aspectos específicos. Si están buscando una aguja en la alfombra, centran su campo de visión para conseguir ese propósito. El cerebro del hombre, habiendo estado estructurado para la caza, ha desarrollado un campo de visión más limitado. En cambio, el cerebro de la mujer procesa información que pertenece a un campo de visión más amplio debido a las tareas que solía realizar como defensora del hogar.
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