EN 1654, Otto von Guericke adquirió reputación como mago entre la gente de Magdeburgo, Alemania, donde era alcalde. Von Guericke era ingeniero y estaba interesado en el avance de las investigaciones sobre la naturaleza de la atmósfera. Decidió demostrar el poder de la presión atmosférica probando su efecto en un recipiente del que se hubiera sacado el aire; en otras palabras, uno que encerrara vacío.
Así que construyó una bomba de vacío, basado en los principios de la bomba de agua, sólo que en vez de desplazar el líquido, removía aire. Von Guericke tenía una fuerte veta histriónica, y supo sacarle provecho: demostró el poder de su bomba, y también el de la atmósfera, por medio de algunos trucos espectaculares. El que le dio reputación como mago fue uno que presentó en Magdeburgo ante el emperador Fernando III y su corte.
Von Guericke había construido dos hemisferios de cobre, de 51 cm de diámetro, cada uno con una pestaña terminada con tal precisión que, al lubricarlos y embonarlos, formaban una esfera hermética. Vació el aire de la esfera, enganchó un grupo de ocho caballos a cada hemisferio y trató de separarlos; pero le resultó imposible. Sin embargo, en cuanto dejó entrar otra vez el aire en la esfera, los hemisferios se separaron sin ninguna dificultad.
En otra demostración, vació de aire un gran cilindro vertical provisto con unpistón. Cincuenta hombres sostuvieron cuerdas atadas al pistón por poleas y, al salir el aire del cilindro, el pistón se hundió y los 50 hombres quedaron suspendidos en el aire.
Veinte años después, la gente de Magdeburgo se asombró nuevamente con los poderes mágicos de Von Guericke, cuando éste construyó un barómetro de agua a un lado de su casa. Era un tubo de latón de 9 m de alto, con una parte de vidrio sellada en la punta. Si el clima era agradable, a través del vidrio podía verse flotar en el agua la diminuta figura de un hombre, la cual se hundía si había presagios de tormenta.
... en la década de 1640, Evangelista Torricelli, discípulo de Galileo, descubrió que la presión de la atmósfera elevaba una columna de mercurio en un tubo de vidrio unos 76 cm. Cuando el francés Blas Pascal repitió el experimento poco tiempo después, utilizó vino, pero como éste es mucho menos denso que el mercurio, tuvo que construir un tubo de 14 m de alto para conseguir ese efecto.
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