Aunque no relacionamos la idea de que las orcas atacan a la gente y sólo matan para comer, para otros animales marinos las llamadas ballenas asesinas hacen honor a este nombre. Cazan presas de muy diversos tamaños: desde un salmón chico hasta la ballena azul, la mayor criatura del planeta con sus casi 30 m de largo.
Otros alimentos importantes de las orcas son los pingüinos, tiburones, calamares, delfines, marsopas, focas, leones marinos y tortugas. Y su apetito es insaciable. Una orca grande puede tragarse con facilidad una marsopa o una foca entera. A manera de ejemplo, en el estómago de una orca se encontraron los restos de 14 focas y de 13 marsopas, mientras que en el de otra se hallaron 30 focas.
Trabajadoras en equipo
La orca, con longitud hasta de 9.4 m, peso de 7 a 10 ton y provista de 40 a 50 grandes dientes cónicos, cada uno de 5 cm de diámetro, es el más grande de los delfínidos. Repartida por los océanos, es una cazadora de gran eficiencia que vive en bancos de 20 a 50 individuos.
Los científicos creen que los miembros de un banco están emparentados, ya que permanecen juntos toda la vida. Un banco puede unirse a otros, pero sólo si forman parte de la misma "comunidad." Cada grupo posee su "dialecto" de silbidos, chasquidos y sonidos intermitentes para comunicarse y encontrar presas mediante su "sonar" natural. El banco suele nadar formando una o varias filas.
Las orcas también localizan a sus presas con la vista. A tal efecto, se paran verticalmente en el agua, con la cabeza al aire, y observan a su alrededor.
Los procedimientos que emplean para cazar son tan sorprendentes como despiadados. Por ejemplo, el banco arrea metódicamente un cardumen de salmones u otros peces hasta acorralarlo en ensenadas y destaca vigías para cortarles la huida. Cuando las orcas atacan a una ballena grande, la rodean y la acosan y, por último, se arrojan sobre su espiráculo hasta ahogarla. Luego, para devorarla arrancan grandes trozos de carne con sus afilados dientes sacudiendo la cabeza de un lado a otro. Según se afirma, uno de los manjares preferidos de estas formidables depredadoras es la lengua de ballena azul.
Las ballenas asesinas han ideado métodos ingeniosos de caza, incluso para cuando las presas se hallen fuera del agua. Cuando divisan pingüinos o focas en el hielo que cubre la superficie marina, se sumergen a gran profundidad, luego nadan velozmente hacia arriba, rompen la capa de hielo hasta de 1 m de espesor y hacen perder el equilibrio a las desprevenidas presas, que caen al agua. De igual manera, si observan en la playa un criadero de focas, en ocasiones se acercan a la orilla y se alejan, una y otra vez, para formar olas en el agua poco profunda, hasta que las focas, presas de pánico, tratan de huir por la rompiente, donde son atrapadas por sus hábiles atormentadoras.
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