El sacerdote
Es la persona que dirige la ceremonia. En muchos casos se trata de un religioso excomulgado. Él profanará la hostia sagrada e invitará a los asistentes a hacerlo. Asimismo, también invocará a Satanás en latín y recitará al revés textos cristianos.
La hostia sagrada
Como el objetivo de estas misas es ridiculizar la liturgia cristiana, los seguidores escupen, pisotean o clavan alfileres a una hostia sagrada. En Europa, algunos grupos satánicos la consiguen pagando hasta 500 euros en el mercado sacrílego. El momento más extremo llega cuando la hostia es introducida en la vagina de una mujer desnuda.
El acto sexual
Las misas negras culminan con el coito. En muchas de ellas el acto sexual se lleva a cabo entre los asistentes en una especie de orgía. Sin embargo, existen otras ceremonias en las que el intercambio sólo se da entre el sacerdote y la mujer del altar, y los seguidores simplemente observan.
El color negro
Dentro del sitio en el que se lleva a cabo la misa, las paredes suelen estar pintadas de negro. La mujer que se coloca en el altar (antes de desnudarse) y el sacerdote (así como los asistentes, si así lo desean) pueden vestir trajes largos y negros con capucha. El uso de este color representa la oscuridad de Satanás.
Los objetos
Se utilizan paños mortuorios, estatuas de Satanás y velas rojas con la forma del demonio. En algunos casos se encuentra presente un presunto cráneo humano. Se encienden las velas y se dicen discursos satánicos por alrededor de 20 minutos. Este ritual termina con la entrada de una mujer sin ropa.
El cáliz
Después de introducir la hostia en el cuerpo de la mujer, el sacerdote toma un cáliz, que es una mezcla de semen y secreciones vaginales. Se concibe como un brebaje que da inmortalidad a todo el que lo beba. Los asistentes a la misa también lo ingieren.
La mujer desnuda
O también llamada sacerdotisa, pude ser virgen o no. Ella permanece recostada en un altar mientras se celebra la misa. En algunas ceremonias se le derrama la sangre de animales que fueron sacrificados. El sacerdote copula con ella frente a los asistentes, un poco antes de terminar la ceremonia.
Los seguidores
En estas ceremonias sólo se admite a individuos que pertenecen a grupos satánicos. La entrada está estrictamente prohibida para las personas que sólo desean consumir drogas o tener sexo perverso y, mucho más aún, para los mirones o los periodistas. Los seguidores llevarán a cabo instrucciones del sacerdote.
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