Por alguna razón, existe un rumor muy común acerca del azúcar y la gasolina que corre de boca en boca desde hace décadas. Según dicho rumor, si echas azúcar en un depósito de gasolina, averías el automóvil, pues se supone que el azúcar reacciona con el carburante y lo transforma en una sustancia pegajosa semisólida que obtura por completo el depósito, los conductos de suministro de combustible, etc.
¡Parece estupendo! Sobre todo si tienes alguna rencilla con alguien. El problema de este rumor reside sencillamente en que es incierto. El azúcar no se disuelve en la gasolina. Si echaras arena en el tanque, el efecto seria idéntico al de echar azúcar. Tanto la arena como el azúcar obturarían el filtro, lo cual podría averiar el coche, aunque no es seguro.
Así pues, ¿qué es lo que debes hacer si realmente deseas averiarle el automóvil a alguien? Echa un poco de agua. La gasolina flota sobre el agua, de manera que si viertes varios vasos de agua, la bomba de combustible llenará de agua los conductos de suministro en lugar de llenarlos de gasolina, y el vehículo sufrirá graves problemas.
Otra alternativa consiste, naturalmente, en drenar toda la gasolina del depósito, o si el capó está abierto, desmontar la batería, lo cual desconecta por completo el sistema eléctrico, incluyendo las bujías de encendido y el ordenador que controla el motor en la mayoría de los automóviles modernos.
También podrías incendiarlo…. no… no me hagas caso.
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