Tal vez muchos piensan que la promoción y comercialización de los llamados productos milagro es un asunto nuevo. Hace 100 años era normal que decenas de farmacéuticas anunciaran en las publicaciones de la época todo tipo de remedios a los que le atribuían alivios casi instantáneos. Casi del mismo modo que lo hacen hoy.
Prometen aliviar un resfriado o un mal degenerativo, todo gracias a sus misteriosos y casi nunca revelados, elementos curativos descubiertos por algún iluminado científico del momento. Hay algunos que gozan de gran éxito, anunciándose en informeciales, alegan que sus productos son los mejores porque proceden de Estados Unidos, Europa e incluso de Asia.
Cremas reductoras, menjunjes para hacer crecer el tamaño de los senos, para reduciros si fuera el caso, correas de piel de becerro para sujetar la nariz y moldearla según el interés del cliente. Lo mismo sirven para respingarla que para hacerla más corta o incluso achatarla. Los anunciantes sólo basan el éxito de sus productos por lo dicho en sus ilustraciones, animaciones, y supuestos testimonios de clientes satisfechos, mismos que son sólo actores pagados para tal efecto.
Los productos milagro no son nuevos, y la evidencia de que éstos han existido por años han quedado registrados en anuncios de todo tipo, no muy diferentes a los que hoy día se difunden en casi todos los medios electrónicos.
Estos son los productos "milagro" dados a conocer por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) constituir un riesgo la salud de la población e incluso, que en algunos casos, han llegado a provocar la muerte de algunos de sus consumidores. Coloco aparte los más populares: Botox Lift Crema, Chardon de Marie, Diabetic Nab, Rejuvenal, Hongo Michoacano, Moinsage, Colageína, Diabetilex, Slim Ice y Extracto de Alcachofax.
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