A los seres humanos nos gusta mucho ponerle nombre a las cosas... cajas, estrellas, sombreros, piedras; en fin, a todo, a lo que sea, literalmente a todo.
A las personas los nombres les ayudan a establecer su lugar único en el mundo. Nombres, apellidos, una dirección, una nacionalidad nos identifica junto a una variedad de datos que le acompañan. Cada grupo humano desarrolló un sistema para ponerle nombres a los días de la semana, a los animales, a los sentimientos y por supuesto, a otros humanos.
Ahora bien, ¿estamos obligados a poseer un nombre? ¿Podemos eliminar el que ya tenemos e ir por el mundo de manera anónima como si nada?
En muchos países, el no contar con un nombre no es de naturaleza ilegal. No te arrestarán por el hecho de no tener un nombre, pro las cosas se te pueden complicar si no tienes manera de identificarte antes las autoridades. Por ejemplo, necesitas un nombre en un certificado de nacimiento para obtener una licencia de conducir, y ésta para poder abrir una cuenta bancaria, y, de ese modo, que se te pueda depositar tu sueldo.
Pero ¿qué pasa con los nombres de los bebés? ¿Pueden los padres elegir no ponerle nombre a su hijo?
El hecho de que termines con el nombre del santo del día en que naciste, o con el nombre de tu abuelo, sin lugar a dudas recae en una deliberación profunda de tus padres. Generalmente, es en los hospitales (poco después de que la madre de a luz) que alguien del personal médico pasará a la habitación a ayudar a llenar un certificado de nacimiento, incluyendo el nombre y el apellido. Las jurisdicciones locales de cada lugar varían, por lo que la fecha para presentar ese documento ante las autoridades puede ser de obligatoriedad variable.
La ley no exige necesariamente que se proporcione el nombre, y de hecho ya ha habido casos de padres que esperan hasta que el niño, o la niña, tengan poco más de tres años y, que sean ellos quienes elijan el que más les gusta. Mientras tanto, y como todos nosotros lo hacemos, simplemente se les llama: el bebé.
Lo anterior no aplica necesariamente en muchos países del mundo. Cada nación tiene su muy particular forma de llevar éste tipo de control. De hecho, en el artículo 7 de la Convención de las Naciones Unidas para los Derecho de los Niños, se establece que todos los infantes tienen derecho a un nombre desde que nacen. Por lo tanto, las autoridades de los países miembros deben establecer las condiciones necesarias para que sea éste el caso.
Ahora que, tampoco se trata de elegir un nombre muy extravagante. En Nueva Zelanda, el Gobierno revocó la decisión de una pareja de nombrar a su hijo 4Real. En Australia, como en la mayoría de las naciones, está prohibido insertar números en los nombres, o ponerles nombres de números a los hijos. En Alemania, se siguen normas para tal elección, haciendo hincapié de que el nombre debe reflejar el género, para que sea más fácil identificar si se trata de un niño o de una niña; caso contrario de México, en donde se le nombran como Guadalupe tanto a ellos como a ellas. Además, en la mayoría de los países las autoridades se hacen responsables de que los padres no elijan nombres que puedan ridiculizar al infante.
En Zambia, se espera a que los niños elijan su sombre hasta que llegan a la pubertad, pudiendo tener varios a lo largo de sus vidas.
Existen diversos estudios que indican que el nombre no afecta la vida y el éxito de los individuos. Sin embargo, hay otros que hacen hincapié en la correlación entre el nombre y el nivel educativo y económico de los padres que eligieron tal nombre. Indican que existen nombre que se relacionan con alguien de poca cultura, por ejemplo Joey, personaje de la serie Friends, o con la belleza, como Brittany o Britney. También se dan casos de padres que, en su deseo de migrar en el futuro, elijen los nombres de sus hijos para que suenen familiares en los países en los que piensan vivir.
Otro fenómeno curioso es el que se da con cada telenovela de éxito, ya que a muchas madres les da por ponerle el mismo nombre e la actriz o del personaje que interpreta... y por eso es que abundan las Thalías nacidas en 1987, a partir de la telenovela Quinceañera.
¿Sabías que...?
En 1993, tras una pelea con su sello discográfico (Warner Bros.) el artista Prince Roger Nelson cambio su nombre por el del símbolo del amor No. 2, aunque legalmente conservaba su nombre original, volviendo a usar el mismo en el 2000. Durante siete años, las personas se referían a él como "el artista anteriormente conocido como Prince"... o TAFKAP para abreviar, en inglés.
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“El mundo se divide en dos, los que encañonan y los que cavan. El revólver lo tengo yo, así que ya puedes coger la pala.” . - Clint Eastwood como Blondie.
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