La reproducción sin sexo ya no es una idea nueva… pero no me refiero a los casos en los que las mujeres acuden a un banco de esperma a realizar un “retiro”.
No… aunque la inseminación artificial consigue un embarazo sin el acto sexual, el recién nacido tiene una madre y un padre, aún y cuando la identidad del padre sea desconocida. Por reproducción asexual, o clonación, me refiero al desarrollo de un organismo a partir de una sola célula a través del proceso de división celular.
¿Acaso la clonación y el resto de la ingeniería genética no es una manera de violar los procesos de la naturaleza?
La madre naturaleza crea un clon cada que se desarrolla un par de gemelos idénticos a partir de un solo huevo fertilizado. Puede ser que tu mismo hayas clonado plantas si alguna vez has replantado esquejes. Si, los seres humanos manipulamos continuamente a la naturaleza para que tanto los cultivos como los animales se adapten a nuestras necesidades.
Claro, una cosa es clonar una planta, y otra muy diferente el clonar a una persona.
En lo intermedio están los animales. Los ratones por ejemplo, los científicos los clonan de manera rutinaria, lo que produce cepas de animales genéticamente idénticos, poseyendo todos y cada uno las mismas características deseadas.
¿Pero porque lo hacen?
Mediante el uso de ratones genéticamente idénticos en los experimentos de laboratorio, los científicos pueden eliminar una fuente de variación al azar en sus resultados. Los psicólogos, por ejemplo, gustan de estudiar con cuanta rapidez pueden los roedores aprender a recorrer un laberinto. Si utilizan ratones idénticos, los resultados se pueden atribuir al aprendizaje y no variaran por causa de un ratón intrínsecamente inteligente.
¿Pero que hay de la clonación de las personas?
Sin duda, la mayor complejidad de los seres humanos hace que su clonación sea más difícil. A pesar de las obvias diferencias anatómicas entre los ratones y la gente, que en realidad somos bastante similares a nivel genético o celular. Y de hecho, los científicos ya han demostrado que la clonación humana es posible, aunque no se realiza ese proce4so por las implicaciones legales y éticas.
¿Y cuales son las preocupaciones éticas al respecto?
A la mayoría de las personas probablemente les resultará inmoral crear a un ser humano sin una madre o un padre por el simple hecho de llevar a cabo un experimento científico. Y es aquí donde aparece la sombra del Dr. Frankestein y su “monstruosa” creación.
Pero suponiendo que el científico que hace la clonación cría al clon como si fuera su hijo… ¿Qué tendría eso de malo? Ahora que, criar a un hijo es una cosa, crear a cientos, o miles de copias de un solo individuo es otra muy distinta.
Pero ¿Serían todos esos clones exactamente iguales?
No necesariamente, ya que los atributos y el comportamiento humano depende de una mezcla de herencia genética y del medio ambiente en el que se desenvuelve. Si los clones fueran criados por personas diferentes, sería un caso muy similar a los hermanos gemelos separados al nacer y criados por separado. Casos así han sido ampliamente estudiados, encontrándose similitudes sorprendentes.
Sin embargo, la clonación es cara, y por supuesto que hay quienes pueden pagarla; y no solo uno, sino a varias decenas de copias. Podría quererlos para repuesto de órganos llegando a crear cuerpos sin cabeza. Pero supongamos que, a pesar de todas las preocupaciones éticas sobre la clonación la gente se pueda reproducir asexualmente. ¿Cuáles serían las consecuencias?
Si la naturaleza no hubiese “inventado” el sexo, lo más probable es que los organismos no hubiesen evolucionado con rapidez. De hecho, parece poco probable que existiera seres complejos en ausencia de la reproducción sexual. Por otro lado, después de haber evolucionado hasta nuestro presente y “avanzado” estado, y con ello decidir prescindir del sexo, las personas mismas erigirían deliberadamente la dirección en la que el ser humano debe evolucionar… y por lo mismo, el comportamiento social sería radicalmente diferente.
Es fácil imaginar los esfuerzos de algunos para diseñar y clonar a una “raza” superior de personas que, supuestamente posean atributos especiales que podrían no tener utilidad para el resto de nosotros.