Posiblemente ya sabes de lo que hablamos: sed insaciable, dolor de cabeza, fatiga, en ocasiones temblor de las manos, calambres, nauseas, vómito, diarrea... En una palabra: cruda. No te apures. No eres el primero ni el último. Desde que el hombre conoce los frutos fermentados, conoce el alcohol y, bueno, también la cruda. Los médicos te dirán que no tiene cura. Los más puritanos tratarán de hacerte sentir culpable. Tranquilo. Sigue estos tres pasos y regresa a la acción cuanto antes.
TERAPIA INTENSIVA
Durante la resaca la actividad eléctrica del cerebro se torna más lenta, por lo que hay alteraciones de las funciones viso-espaciales y cognitivas. En otras palabras: no vayas a jugar béisbol al día siguiente: es probable que no puedas calcular la trayectoria de la pelota e inclusive que ni siquiera seas capaz estacionar tu coche. Lo mejor es tomar las cosas con calma, despacito, hasta que tu cerebro retome su ritmo normal. También evita el ruido. Haz que callen al perro y desconecta el teléfono. En estado de cruda aumentan tus respuestas auditivas: por eso escuchas todo en Dolby. Y huye del Sol: la exposición directa a los rayos solares sólo exacerbará tu jaqueca.
BEBE TODO LO QUE PUEDAS
Ejem... no alcohol, desde luego. Uno de los efectos más importantes de la resaca ocurre en el sistema endocrino. Es decir, los niveles de tus hormonas se modifican. La ingestión de alcohol inhibe la acción de la hormona antidiurética, que actúa en tus riñones reteniendo agua y sales. Por esta razón las bebidas alcohólicas tienen un efecto diurético, que provoca que pierdas líquidos y produce deshidratación. Esto explica tu boca pastosa y la sed. ¿La solución? Rehidrátate. Acércate al grifo y bebe todo lo que puedas. Pide que te lleven bebidas altas en electrolitos para que recuperes potasio, sodio y calcio. ¿Las consecuencias? En cuestión de horas desaparecerá la sensación de hormigueo y temblor en las extremidades.
SANTO REMEDIO
Los médicos dicen que sólo el tiempo cura una cruda. No es nuestro papel contradecir a la ciencia, desde luego, pero sí podemos darte algunos buenos tips para acelerar el proceso. Un par de aspirinas son un buen inicio: te quitarán el dolor de cabeza y la sensación de aturdimiento. Continúa con un buen desayuno. La sabiduría popular dice que cualquier caldo con mucho picante te ayudará a eliminar las toxinas del alcohol. En todo este proceso no dejes la botella (de agua): en día de cruda debes beber por lo menos el doble del agua que beberías en un día normal. Finalmente, el elemento clave del que casi nunca se habla: descansa. Tu cuerpo necesita reponer energía, y la única manera que tiene de hacerlo es reposando. No juegues al héroe y olvídate de la comida familiar ese día. Mejor descansa y te repondrás más pronto.
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