88 y contando... y votando
Curiosos son los perros de mi vecino; cuando él no esta son animales tranquilos, apenas se nota su presencia. Sin embargo, en cuanto su dueño ronda por sus cercanías ladran ferozmente a quien sea que pase por frente a su casa, demostrando así dos cosas: que saben cuidar y cuando esta y cuando no esta su dueño (piensenlo). La cuestión es que el ladrido impone. Al escribir esto nos encontramos a una temperatura de 40 grados; duele y pesa en veda el calor en el ambiente. Tengo que llevar a mi niña a ballet, y aunque no esta muy lejos, las pocas calles que hay que caminar son un martirio. Espero en la puerta a que mi hija salga y, despacio, muy despacio aparece de la esquina una figura en un paso lento, una anciana que, prudentemente, e insisto en esa palabra, prudentemente se aleja de la reja en la que le ladran los perros del vecino. Se nota que su caminar es fatigoso, tarda una eternidad en recorrer 10 metros, y, cuando pasa fren...