Los hipocorísticos son esos nombres que en forma diminutiva, abreviada o infantil se usan como designaciones cariñosas, familiares o eufemísticas. Siempre referidos a una modificación del nombre y no a la adopción de otro como sería el caso de un mote o apodo.
La voz procede del griego hypokoristikós, ‘acariciador’, y hace referencia al tono cariñoso de tales variaciones del nombre de pila.
Nombres como Pepe, Tina, Paco, Luisito o Maite caen dentro de esta categoría. En algunos casos está muy claro el nombre propio al que hacen referencia, como en el caso de Juanita o Manolo; en otros sabemos a que nombre se refieren por la fuerza de la costumbre, como en el caso de Charo (Rosario), Pepe (José) o Paca (Francisca); pero en otros no es tan fácil saberlo.
En este caso se encuentran hipocorísticos como Tina (diminutivo de Ernestina, Agustina, Valentina, Cristina, y otros), Teo (Timoteo, Teodoro, Teófilo, Doroteo y otros), Marisa (Maria Isabel, Maria Luisa), Lina (Adelina, Carolina), Poli (Hipólito, Policarpio), todos ellos por el uso múltiple del hipocorístico. Y también aquellos cuyo uso está poco extendido y la relación no es muy obvia, tal es el caso de Tula (Gertrudis), Tico (Vicente), Marién (Maria Encarnación), Periquín (Pedro), Sesé (Maria José), Gonso (Alfonso) o Moncho (Ramón).
Algunos hipocorísticos más: Dado (Eduardo), Alex (Alejandro), Berto (Alberto), Al (Alfonso), Viky (Victoria), Patri (Patricia), Toni (Antonio), Quico (Francisco), Guille (Guillermo), Conchita (Concepción), Asun (Asunción), Chelo (Ángeles), Pili (Pilar), Fran (Francisco), Dani (Daniel), Bea (Beatriz), Lola (Dolores), Nando (Fernando), Lolo (Manuel), Chabela (Isabel), Luismi (Luis Miguel)