Puede que no recuerdes el nombre o las características de las fuentes disponibles en tu procesador de palabras. Sin embargo, eso no quiere decir que no conozcas lo que algunas de ellas representan. ¿Te atreverías a redactar tu currículum con cursivas y negritas de Comic Sans? El hecho es que, gracias a ellas, puede darse a conocer una intención determinada y crear un estilo para un texto.
Antes que nada
Para crear una tipografía, lo primero es definir la utilidad que esperas darle. Así se decide si será clásica, más negra de lo normal o compacta para que quepan muchas letras en poco espacio. El objetivo final será idear un diseño nuevo (para generar interés en ella), pero que resulte legible y de fácil acceso (¿de qué te sirve inventar garabatos si nadie podrá leerlos?).
Hay para todos
Todas las tipografías responden a una necesidad. Aquí, algunos puntos a considerar dependiendo de la función que se espera que cumplan o del espacio en el cual aparecerán.
- Revista. En este caso debe tomarse en cuenta que este medio no siempre usa el mismo estilo de letra: algunas veces es regular, otras, light y en ocasiones, negritas.
- Periódico. Debe verse grande (porque utiliza puntajes pequeños); sin embargo, a la vez debe ser compacta, ya que en los diarios debe caber mucha información.
- Titulares. Buscan ser imponentes. Es decir, tienen que ser lo suficientemente llamativos como para voltear a verlos si se pasa frente a un puesto de periódicos.
- Lenguas específicas. No es lo mismo escribir en inglés que hacerlo en náhuatl o alemán. Para estos últimos casos debes conocer los signos adicionales que requiere.
Toma nota
Otras consideraciones que no puedes dejar de lado antes de terminar la que puede ser tu obra maestra.
- Papel. Debes de conocer en qué tipo de material se aplicará, ya que una tipografía luce diferente —por ejemplo— en uno poroso que en uno satinado. La primera podría provocar que haya líneas que se pierdan y sólo se vean manchas negras.
- Programas de cómputo. Debes conocer quién la utilizará y cómo accederá a ella. En una revista, generalmente se utiliza en un ambiente cerrado. Aun así, es importante saber qué busca el editor, qué imprenta utiliza y a qué están acostumbrados los diseñadores.
- Lectores. Finalmente ellos serán los últimos jueces de tu creación. Por eso, entre otras cuestiones, toma en cuenta que si te diriges a personas mayores, la letra no puede ser muy pequeña o, en los libros de arte, el papel muy brillante puede resultar molesto para la lectura.
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¿Cómo crear una fuente tipográfica? |
Receta de letras
Además de las ideas que aguardan ansiosas en tu cabecita para crear una tipografía necesitas lo siguiente:
- Computadora. Trabajarás en ella la mayor parte del tiempo. Se recomienda el programa FontLab y, para probar que tus fuentes funcionen, programas adicionales en los que puedas diseñar o procesar texto.
- Escáner. Para llevar tus diseños de papel a la computadora.
- Tableta de pluma. Para modificar tus bocetos una vez en la pantalla.
- Conocimientos previos. No son absolutamente necesarios, pero se aconseja saber de caligrafía y nociones básicas de diseño.
Reloj en mano
El tiempo que un experto tarda en crear una tipografía depende de la complejidad de ésta. Por lo regular una fuente puede tomar de dos o tres meses. Pero cuando se tiene una variante con cursivas, negritas y un repertorio de signos respetable, puede tardar de diez meses a un año. Ahora ya lo sabes, nada de descanso, porque esta estimación implica trabajar casi ocho horas diarias desde el inicio y hasta el fin del proyecto.
Sólo mía
Una vez terminada debes registrarla. Pero encontrarás algunas trabas en el camino. En México, la Ley de Derechos de Autor dice que las letras no pueden registrarse a menos que sean novedosas. Pero eso es difícil de demostrar porque implicaría que un especialista las avale. Como una salida, los tipógrafos las registran como 'colección de dibujos' o como software. Sin embargo, si subes tu contenido a la red, se aconseja numerar las copias que se tienen para así saber a quién se le vende cada fuente.
La tipografía debe ser clara y bella en aras de la comunicación.
- Beatrice Warde
La creación de una tipografía en tres pasos.
1.- Definir la forma de los signos.
Puede ser a mano. Se trata de crear bocetos con lápiz y papel. Luego todo se escanea y se trabaja en la computadora. Esto último puede hacerse en un programa de dibujo estándar o en uno especializado en hacer tipografía.
2.- Espaciar los signos.
Esta es la parte más laboriosa del proceso; hay que ver cómo se van a comportar unos con otros. En pocas palabras, se trata de cuidar que la distancia entre ellos sea adecuada para que no queden muy separados, muy juntos o con demás irregularidades que pudieran influir en su lectura.
3.- Programar la fuente.
De modo que realice lo que se espera de ella: que haga mayúsculas o números cuando debe (y se oprime la tecla destinada para ello) y que haya una relación funcional entre lo que el usuario necesita y lo que la fuente hace en consecuencia.
Inge Druckrey: Enseñando a ver
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