¿Tiene alguna función la cerilla de las orejas?

El cerumen, también conocido como cerilla, es una sustancia amarillenta y pegajosa que se produce de forma natural en el conducto auditivo externo. Su función principal es proteger el oído interno de agentes externos como polvo, suciedad, insectos pequeños y microorganismos. Además, ayuda a mantener la humedad adecuada y facilita la autolimpieza del conducto auditivo al atrapar las partículas y luego desplazarlas hacia el exterior. Generalmente se elimina de forma natural con los movimientos de la mandíbula al hablar o masticar, por lo que no es necesario retirarlo constantemente por medios externos, a menos que cause problemas o lo indique un profesional.

Como escribir cuando crees que no puedes

Si al sentarte a escribir, sientes que una espada de Damocles pende sobre tu cabeza, permíteme decirte que no eres al único al que le sucede algo similar. A muchas personas la desesperación los invade al tener que enfrentarse a una página en blanco.

Nadie nace sabiendo escribir, y con esto no me refiero al simple hecho de aplicar lo que nos enseñan en los primeros años de escuela; me refiero a la habilidad de redactar un documento que sea al mismo tiempo útil e interesante para los demás. Con un poco de trabajo, práctica y esfuerzo, cualquiera puede escribir. He aquí algunas formas en las que puedes edificar tu confianza para hacerlo.

Olvida el pasado.

Tal vez en alguna ocasión un maestro te criticó duramente algún trabajo que escribiste para él, y de seguro te sentiste muy mal por ello. No permitas que esto te afecte; deja en el olvido ese momento y ubícate en tu presente... siempre es tiempo de aprender.

Escribe sobre lo que sea.

Tres o cuatro veces por semana, escribe durante diez o quince minutos sobre cualquier tema, sin siquiera corregir lo que elabores y sin juzgarte por lo que vaya surgiendo. Si no se te ocurre nada, escribe "no se me ocurre nada" y continúa. El mero acto de escribir, aunque sean cosas sin sentido, fortalece tu mente creativa y te ayuda a realizarlo cada vez con mayor facilidad. Pude ser que al principio escribas una larga serie de cosas inconexas, pero con el tiempo se centrarán más y más hasta que, llegado un momento, lo que redactes sea algo coherente.

Experimenta con agrupaciones.

Digamos que te han asignado una tema del cual no tienes ni idea el cómo iniciarlo. Consigue una hoja grande de papel y lápices de colores. Escribe o dibuja en el centro la idea principal, a su alrededor coloca algunas palabras relacionadas con el tema en cuestión. Ahora únelas mentalmente y después con líneas de colores; agrega más palabras y sigue uniendo según tu criterio. Entre más investigues, más uniones se darán de forma natural. Ahora cambia de hoja y agrupa las palabras que antes has unido, sigue así y verás cómo se forma algo coherente, digno de pasar al procesador de palabras.

Lleva siempre contigo un pequeño bloc de notas.

Compra una libreta pequeña que quepa en la cartera. Observa a detalle el mundo que te rodea y anota en la misma todo lo que te llame la atención. Anota sólo algunas de las palabras que mejor describan los hechos, no tiene que ser algo profundo y elaborado, basta con redactas tus primeras impresiones. Después, y con calma podrás ampliar la redacción, apoyado en tus notas de campo. No dejes escapar el momento, ya que podrías perder detalles importantes. Esta actividad hace muy sencillo el transferir tus pensamientos al papel, lo cual es un problema frecuente entre los aspirantes a escritor (incluso ayuda a crear poemas). A la larga, si utilizas estos métodos, notarás como el proceso de escribir te resulta cada vez más sencillo; incluso notarás lo eficiente que te volverás al escribir un correo electrónico. Ahora bien, después de escribir, hay que realizar al menos tres pasos para afinar desde un principio lo que vas a redactar.

Organiza lo que vas a escribir

¿Sobre qué quieres escribir? ¿A quién estará dirigido? ¿Qué es lo que quieres lograr con lo que vas a elaborar? Obviamente, no es lo mismo dirigirse a un cardiólogo que aun niño de preescolar.
Escribe un borrador.

A menos que estés redactando una lista de compra (la cual de todos modos requerirá una revisión) tendrás que escribir algo para comenzar. Al terminar, deja que tu mente se ocupe en otra cosa, deja que documento se "enfríe". Después de un tiempo conveniente, regresa y revisa todo para eliminar lo innecesario. Déjalo de nuevo y ahora agrega datos que te pudieran faltar. ¿Cuántas veces lo tienes que hacer? ... las veces que sea necesario.

Corrige, edita y vuelve a revisar.

El siguiente paso es poner en duda todo lo que has elaborado. Ahora hay que revisar la gramática, la estructura de cada oración y la cantidad del contenido. Asegúrate de cubrir todos los puntos que te propusiste. Además, pídele a alguien más que te lea el documento y de preferencia en voz alta. A la mayoría de las personas se les dificulta el hecho de escribir, por razones tan dispares como la de querer elaborar algo perfecto o por temor a ser juzgados. Mientas escribas procura divertirte, deja que lo que escribas fluya con tu propio ritmo y sólo se estricto en el último paso del proceso... cuando ya el trabajo está hecho y sólo necesite afinar algunos detalles.

Tal vez el escribir nunca sea tu actividad favorita, pero al seguir estos consejos serás capaz de redactar un buen informe, una carta o un ensayo muy entretenido. Además, la escritura es una poderosa herramienta de comunicación; sirve para inspirar, para hacer reír o para hacer reflexionar, y eso, al menos hace que valga la pena el esfuerzo.


Como escribir cuando crees que no puedes


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