Amor, cuidado y vida. ¿Qué no darían las progenitoras por sus hijos? Checa estos casos en los que el amor maternal amerita, por lo menos, una cartita por parte de los vástagos.
Elefante
Basta recordar la película Dumbo para saber por qué esta madre ocupa el décimo lugar del conteo. Estas criaturas dan a luz –y cargan por 22 meses– a los bebés más grandes de la Tierra (90 kg). Las crías nacen ciegas, por lo que deben confiar en sus trompas para explorar su entorno. Afortunadamente, viven en un matriarcado, lo que significa que todas las hembras (abuelas, hermanas, tías y hasta primas) fungen como niñeras de tiempo completo.
Koala
Nunca aceptes una invitación a comer por parte de un Koala, ya que únicamente se alimenta de una cosa: hojas venenosas de eucalipto. Aunque su sistema digestivo está adaptado para tolerar estas indulgencias tóxicas, los bebés no nacen con estos 'superpoderes' (ni con orejas, ojos y piel), por lo que deben ingerir excremento materno para heredar esta escatológica cualidad. Los recién nacidos pasan seis meses dentro del marsupio (bolsa epidérmica que funciona a modo de cámara incubadora), alimentándose de leche y desarrollando sus partes faltantes. Eso sí, las madres nunca pasarán desvelos, ya que en promedio, duermen 22 horas por día.
Caimán
A pesar de su aspecto feroz, estos reptiles cuentan con unos de los métodos más ecológicos –y cómodos– de crianza. Sus nidos están conformados por un montón de vegetación descompuesta, lo que produce el calor suficiente para evitar la incubación directa. Si la temperatura se encuentra a 31°C, nacerá una hembra, y si excede los 32, será un macho. Una vez que los bebés emergen, las madres los llevan en su mandíbula hacia el agua, donde pasarán sus primeros años comiendo pescado, insectos, caracoles y crustáceos.
Oso polar
Los osos polares machos son los reyes del 'acostón', ya que después de la cópula, dejan a las pobres madres preñadas y abandonadas. La única ventaja, es que éstas pueden darse vuelo con los antojos (en caso de no duplicar su peso, el cuerpo absorbe el feto). Después del atracón, la madre entra en un estado de hibernación y duerme por dos meses, incluyendo el proceso de parto –envidien eso chicas. Las crías pasan dos años con ellas antes de enfrentar al mundo por su cuenta.
Guepardo
La paciencia es una cualidad, y las chitas lo saben. Además de cuidar a seis retoños, éstas deben instruirlos en el arte de la supervivencia, entrenándolos para cazar y defenderse de los demás depredadores. La preparación dura aproximadamente dos años. Terminando este proceso, las madres los abandonan, formando nuevas familias; sin embargo, los hermanos permanecen juntos de por vida.
Orangután
¿Odias mudarte? Aprende de las hembras de orangután, que pasan sus noches construyendo nuevos nidos (aproximadamente 30,000 casas). Además, es 'multitasking', ya que no suelta a sus hijos para nada. Generalmente los bebés pasan de seis a siete años con su progenitora –la mayor dependencia de todos los animales. Los machos únicamente hacen acto de presencia para copular –¿alguna similitud con los humanos?
Cálao de Sulawesi
Estas aves exóticas viven en la isla indonesia de Célebes, donde utilizan hoyos en los árboles para crear nidos. Sus huevos son un manjar para los depredadores, por lo que los caláos forran con sus propios excrementos la entrada de sus guaridas. Durante dos meses, las hembras incuban fervientemente a sus polluelos, ignorando cualquier tipo de distractor –incluyendo el hambre. Aunque con esos olores, ¿quién tendría apetito?
Elefante marino
El término 'engordar' tiene un significado irrelevante en la vida de estos mamíferos, que triplican su peso –700 kg– durante los 11 meses de gestación. Todo por la salud de sus hijos. Al igual que en Hollywood, después de un mes las madres recuperan su peso normal.
Pulpo
Cuando se trata de dar a la luz, los pulpos no se andan con tonterías, las hembras ponen más de 50,000 huevos sin ningún tipo de medicamento para la fertilidad. Toma aproximadamente 40 días para que las crías se desarrollen, bajo la protección constante de su madre. Con sus más de ocho extremidades, es lógico que puedan cazar y atender su hogar a la vez.
Piojo marino
En primer lugar se encuentra un pequeño crustáceo que hace quedar en ridículo a las demás madres del listado. Primer paso: la hembra es atraída por el macho a su madriguera, donde habitan otras 25 piojosas embarazadas. Segundo paso: Una vez que las criaturas están listas para nacer, comienzan a devorar a su madre desde adentro. ¡Feliz día de las madres!
FUENTE animal.discovery.com/Wikipedia
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