En cuanto a la vida en este planeta, parece seguro que una vez que el Sol evolucione convirtiéndose en una estrella algo más brillante, la temperatura de la superficie de la Tierra aumentará en 20 o 50 grados Celsius. Se evaporará más agua de los océanos, aumentando por lo tanto el calentamiento terrestre por efecto invernadero. Esto conducirá a un proceso desbocado, probablemente en otros 500-700 millones de años, y convertirá a la Tierra en una hermana gemela de Venus. Será imposible que sobreviva ningún tipo de forma, excepto quizás las bacterias termófilas. El golpe de gracia final sobrevendrá unos cinco mil millones de años más tarde, cuando el Sol se convierta en una estrella gigante roja y su superficie se hinche para envolver las órbitas de Mercurio y de Venus. La Tierra podría perder su atmósfera llegado ese momento.
De modo más inmediato, hay muchos asteroides que cruzan periódicamente la órbita de la Tierra, y cada vez se descubren otros nuevos. Muchos de ellos impactarán probablemente contra la Tierra con parecida fuerza y consecuencias que el que chocó con ella hace 65 millones de años y provocó la extinción masiva de la mayoría de los dinosaurios. Aun más: existen muchísimos asteroides conocidos en el grupo de los de 100 a 500 metros que podrían provocar un cataclismo mayor en la biosfera de la Tierra, posiblemente en los próximos 10.000 a 100.000 años. Millones de personas podrían perecer a causa de consecuencias directas de los impactos, consecuencias tales como maremotos costeros.
Pero por lo pronto… disfrutemos de la vida.