Ya lo decían los Borg: La resistencia es fútil. Después de rechazar todas las invitaciones por el Facebook para jugar Candy Crush, después de que mis amigos, compañeros de trabajo y hasta mi esposa me pidieran "una vida", después de ver los incontables chistes que sobré tal juego hacen en las redes sociales, por fin, al fin, decidí jugarlo un rato. A ver a ver... ¿Cómo que tengo que eliminar gelatinas? ¿Cómo que nada más tengo un número limitado de movimientos? ¿Cómo que tengo que juntar cierto número de puntos? ¿Cómo que sí quiero jugar más me tengo que esperar a que me den más vidas o a comprarlas con Paypal? Están locos, y luego todo es de colores pastel como en el juego de carreras de la película Ralph el Demoledor, Sugar Rush; o en una pesadilla japonesa. Y los soniditos... Pffff. No hay nazis, ametralladoras, tanques, miras telescópicas, extraterrestres, naves espaciales, misiones de conquista de tierras, soldados en trajes exoesqueñeticos, lasers... Caray...