El estado vegetativo -diferente al coma- es una condición clínica de falta de conciencia de uno mismo y del medio que lo rodea. La persona respira espontáneamente, tiene función circulatoria estable, ciclos de cierre y apertura de los ojos que simulan el estado de vigilia y sueño.
Se considera que este estado es persistente cuando dura más de un mes. Se clasifica como permanente si dura más de seis meses en el caso de lesiones no traumáticas del cerebro, y un año si se trata de lesiones traumáticas.
Puede ocurrir súbitamente, causado por un traumatismo de cráneo, hipoxia, hemorragia o infección. También puede presentarse en forma gradual, en la evolución de una enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer. Si se logra que el paciente sobreviva a las complicaciones de las primeras semanas y si se mantienen los protocolos de atención, el estado vegetativo puede durar muchos años.
La recuperación depende de muchos factores, entre ellos la edad (los jóvenes tienen mayores posibilidades de recuperar la conciencia), el tipo de lesión y el tiempo que ha permanecido el paciente en estado vegetativo.
Se han dado recuperaciones en pacientes que llevan entre 5 y 10 años en estado vegetativo, pero no es lo más común. "El conocimiento del estado vegetativo es aún incompleto. Si bien se conocen algunos aspectos de la neuropatología, nuestra capacidad para determinar el grado de conciencia y la función cognitiva es aún limitada. Cada caso es muy distinto a los demás", explica el doctor Mario Acosta, del proyecto Alianza Médica.
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