Además de utilizarlos para comer o sonreír, los dientes pueden tener otros usos que quizá no imaginamos. Incluso, en un futuro podrían ayudar a reparar un tejido o un órgano. La clave de ello está en su interior, donde es posible encontrar células madre.
Todas las piezas dentales de leche son fuente abundante de células madre; pero las permanentes, como los premolares y las muelas del juicio, también pueden proveer de estas células, señala Víctor Saadia, director general de BioEDEN México, Banco de Células Dentales.
Los científicos han encontrado que las células madre dentales tienen el potencial de convertirse en células de hueso, músculo, músculo cardiaco, cartílago, células beta y neuronas. Por ello, existe un gran interés en desarrollar tratamientos en los que se empleen células madre dentales para reparar tejidos y órganos.
En Australia, por ejemplo, se comprobó la utilidad de estas células en el tratamiento de accidentes cerebrovasculares en ratas. Las células madre reemplazan a las células nerviosas que mueren después del accidente cerebrovascular y estimulan la autorregeneración del tejido cerebral, de acuerdo con el neurólogo Simon Koblar, de la Universidad de Adelaida.
Ante las promesas de este tipo de tratamiento, ya existen empresas que ofrecen el servicio de bancos de células madre dentales. La forma en que funcionan es la siguiente: a los padres les ofrecen un "paquete" para que colecten el diente de leche de su hijo, inmediatamente después de que se cae. Esa pieza se envía al laboratorio, donde se realiza el cultivo de las células madre y se guardan con técnicas de criopreservación, por si en algún momento se requieren y, sobre todo, por si ya existe la tecnología que permita su utilización. Así, por lo mismo, en la actualidad un diente es un augurio de buena salud.
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