Avatar 3 es un sinsentido, el espacio nos humilla y por qué TikTok sabe más de ti que tú mismo - 21 de diciembre de 2025

Me parece una tontería que sigamos financiando superproducciones bélicas que no tienen ni un gramo de coherencia, y Avatar: Fire and Ash es el ejemplo perfecto. James Cameron parece estar obsesionado con el despliegue de efectos especiales, pero se olvida de que a estas alturas ya no nos basta con ver explosiones bonitas si las decisiones de los personajes son absurdas. Es frustrante ver cómo se queman presupuestos astronómicos en historias que se sienten vacías y planas. Si el cine de gran presupuesto se va a convertir solo en ruido visual sin una narrativa que lo sostenga, estamos perdiendo el tiempo. Necesitamos historias que nos reten, no solo fuegos artificiales caros que se olvidan al salir de la sala.

Mientras Hollywood se pierde en sus mundos digitales, el espacio real nos está dando lecciones de humildad increíbles. Se ha detectado una "Superkilonova", un evento donde dos explosiones cósmicas masivas se unieron para crear algo que la ciencia nunca había visto. A esto se le suma el hallazgo de un agujero negro fugitivo que va sembrando estrellas bebés a su paso mientras escapa de su galaxia. Es una imagen poética y brutal que deja a cualquier guion de ciencia ficción como un juego de niños. Por si fuera poco, ya se proponen estaciones espaciales que podrían desplegarse en un solo lanzamiento, lo que cambiaría las reglas del juego para la vida fuera de la Tierra.

En el terreno de la tecnología, la privacidad parece ser ya un chiste de mal gusto, especialmente con la denuncia contra TikTok por rastrear hábitos fuera de su app. Resulta que no les basta con saber qué videos ves; también quieren registrar tus compras y hasta tus citas. Es una vigilancia invasiva que debería ponernos en alerta máxima. Por suerte, hay pequeñas victorias de control, como el hecho de que LG finalmente permitirá borrar Copilot de sus Smart TVs. Es un alivio ver que algunas empresas entienden que no queremos asistentes de inteligencia artificial metidos hasta en la sopa, especialmente cuando rediseños como los de YouTube Music o la transición de Google Assistant a Gemini parecen más estorbos que mejoras reales.

La inteligencia artificial también nos está saturando con contenido basura, desde tráilers falsos en YouTube que solo ensucian las búsquedas hasta generadores de imágenes que, según un estudio, siempre caen en los mismos doce estilos visuales. Si sientes que internet se está volviendo aburrido y artificial, hay una extensión para el navegador que promete devolverte una red libre de estos efectos. Sin embargo, no todo es gris; hay proyectos fascinantes como el de un ingeniero que logró chatear con una IA usando una máquina de escribir antigua, o quienes están construyendo cámaras digitales desde cero por pura nostalgia. Esos son los usos de la tecnología que de verdad valen la pena.

Elon Musk anda diciendo que en el futuro no necesitaremos ahorrar dinero porque la IA nos dará un ingreso universal, pero la realidad actual es mucho más caótica. En San Francisco, un apagón dejó a una flota de coches autónomos Waymo totalmente bloqueados en las calles, demostrando que la automatización total sigue siendo muy frágil. Mientras Musk sueña con utopías y en Japón se empiezan a organizar bodas con inteligencias artificiales, aquí en el mundo real un abogado laboralista nos da el consejo más útil del año: nunca borres tus WhatsApps con tus jefes. Esos mensajes son tu mejor prueba en un juicio y valen mucho más que cualquier promesa tecnológica futurista.

El plus del día:
Si eres usuario de Windows y Android, ahora puedes bloquear tu PC desde el móvil o incluso ver la pantalla de tu teléfono directamente en la computadora. Son funciones pequeñas que de verdad ayudan a la productividad diaria sin tanto ruido. Al final del día, se trata de que las herramientas trabajen para nosotros y no al revés, ya sea con una cámara digital nostálgica hecha a mano o simplemente manteniendo a salvo nuestra información personal frente a los gigantes que intentan rastrearnos cada segundo.