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Mostrando entradas de junio, 2013

¿Tiene alguna función la cerilla de las orejas?

El cerumen, también conocido como cerilla, es una sustancia amarillenta y pegajosa que se produce de forma natural en el conducto auditivo externo. Su función principal es proteger el oído interno de agentes externos como polvo, suciedad, insectos pequeños y microorganismos. Además, ayuda a mantener la humedad adecuada y facilita la autolimpieza del conducto auditivo al atrapar las partículas y luego desplazarlas hacia el exterior. Generalmente se elimina de forma natural con los movimientos de la mandíbula al hablar o masticar, por lo que no es necesario retirarlo constantemente por medios externos, a menos que cause problemas o lo indique un profesional.

La mirada [mini relato]

Él, de pie frente a la puerta del salón de clase; ella, allá sentada en la última fila. Sus miradas se cruzaron fugazmente; sin decir palabra alguna. - ¿Qué te dijo con la mirada? - Preguntó la amiga. -  Que me ama, que nos veremos a la salida de la escuela, que me desea, que no había visto a nadie como yo, que no puede esperar a tenerme en sus brazos, que me quiere apretar tan fuerte para fundirnos en un solo ser… hasta el infinito. - ¿Qué te dijo? - Preguntó el amigo de él. - Ola k ase!!!

¡Chinga tu madre Cepillín!

Mi segundo nombre es el mismo que tenía mi abuela paterna (qepd), a la cual no conocí, y cuya decisión de ponerme tal apelativo me fue otorgado por gracia y obra de mi papá, quien sin proponérselo, me desgracio la infancia. No fue a propósito, lo de desgraciarme la infancia… lo de ponerme ese nombre si. Cada vez que preguntaba el porqué me habían puesto así mi madre comentaba que no sabía cómo se había dejado convencer de llamarme Tomás. Me mamá me gritaba ¡TOMAS! cuando me necesitaba para acompañarla a comprar en las tiendas… cuando estaba enojada… o al llamarme a comer... y me decía Paquito frente a familiares y amigos… ¡Ah! y Houdinni cuando me desaparecía de la casa sin avisar con tal de ir a ver (y tocar) a mi novia; pero eso es otra historia. Tomás, u u u u u u u u Otra variable de la fórmula loca que define mi vida fue que, en mi escuela primaria había otro Francisco, a quien por cierto ya contaba con el apodo de Pancho. Yo, por ser más chico y por ende más pendejo...

Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos

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El 27 de junio de 2013, para este texto es el día de ayer, el hashtag "#esdenorteños" en Twitter fue uno de los temas de los que más se hicieron eco los navegantes de esa red social. Me hizo recordar un texto en el que se enumeraban las diferenciase entre la forma del ser del norteño Vs. las formas del chilango. Entre ellas, la que más tengo presente es la de que en el norte le ponemos hielo a la Coca Cola fría... y les pido que se queden con ese dato.  "Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos", decía Porfirio Díaz. Y al mismo tiempo podría yo decir "Pobre de El Norte, tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos del Distrito Federal.  Si, allá en el sur todo es más barato: las flores, los tacos, el costo del pasaje, las bebidas... si, todos tenemos a algún familia viviendo en el centro... si, el clima de chilangolandia no es tan gacho como en la tierra de los coditos. Por eso le ponemos hielo a la Coca Cola.  Esto viene a...

No hagas cosas buenas que parezcan malas

Mi auto tiene un golpe en una de las puertas (ya tiene algo de tiempo). Se lo dieron no en una calle oscura en medio de la nada. No... el golpe se lo dieron en el estacionamiento de donde trabajo, a una hora en la que ya había pocas personas, por la tarde, y frente al guardia que vigila el sitio. Cuando me di cuenta del incidente le pregunte al guardia si había visto algo y, con cara de yo no se nada, me dijo: yo no se nada.  ¡México lindo y querido, si muero lejos de ti...!  ... pues hoy en la mañana, al bajar de mi auto para llegar por fin al trabajo, me detiene una joven que trabaja en el mismo edificio que yo. No lo conozco, pero lo he visto a veces en la cafetería. Me dice que esperaba a alguien que pasara por ahí para... hacer una buena obra.  Resulta que frente a mi trabajo hay una calle lateral muy angosta, por ahí se estacionan los que llegan más temprano a laborar. Si, esta cerca de la entrada y si, se exponen a que los autos que pasan en ese espac...

El ex introvertido

A uno de mis primos le gustaba las enseñanzas del maestro Bruce Lee. Cada que venía a la ciudad le daba por enseñarnos a dar karatazos, a jugar con los chacos y poner cara de estreñido antes de soltar un golpe al contrario. Precisamente fue el maestro Bruce Lee quien decía "Sé agua, amigo mío". Con aquella frase no se refería a adoptar una personalidad escurridiza o adaptable, sino cambiante. Pero no hay que confundir lo que nos quería decir, ya que no se trata de convertirnos en una veleta emocional, sino de saber combinar lo que somos dentro del coctel social. Yo era (bueno, lo soy a veces) de los que prefieren evitar un compromiso en vez de convivir con un nuevo círculo de personas. Sin embargo, ahora procuro decir Si más frecuentemente. ¿Por qué lo hago? ¿A qué le temía? Después de todo así comienzan las amistades. Quizás se trata de una forma extraña de autoprotección. Las experiencias anteriores en ese tipo de eventos habían sido pésimas y prefería ahorrarme e...

La mujer que dio a luz sesenta y nueve criaturas

En realidad, hubo dos mujeres así. La señora de Fyodor Vassilet, en Rusia, y la señora de Bernard Scheinberg, de Austria. La señora Vassilet alcanzó un prodigioso total de sesenta y nueve niños en veintisiete partos. Cuatro veces dio a luz cuádruples, siete veces, trillizos y dieciséis, gemelos. Si uno suma esas cifras, verá que en ningún parto hubo solo una criatura. La señora Vassilet, gozó de considerable renombre y fue presentada en la corte del zar Alejandro II. Murió en 1872. La señora Scheinberg tuvo una historia sorprendentemente semejante a la de la señora Vassilet. Ella, también, dio a luz en veintisiete partos y en ninguno de ellos tuvo menos de dos criaturas.  Milagrosamente, ella también cuatro veces dio a luz cuádruples, siete, trillizos y dieciséis, gemelos. Cuando, a la edad de cincuenta y seis años, la señora Scheinberg murió, en 1911, su esposo Bernard volvió a casarse y su segunda esposa le dio dieciocho hijos. Bernard Scheinberg fue padre de u...