¿Escribiendo a la defensiva?
Existen dos formas de enfrentar la vida: con una actitud ofensiva o defensiva. Lo mismo aplica al escribir y jugar. Cuando te muestras ofensivo, expones tus habilidades, tu creatividad, la originalidad que llevas en el corazón. Se trata de una actitud valiente que implica asumir riesgos, salir de tu zona de confort y exponerte a la crítica y al juicio de los demás. Por otro lado, la actitud defensiva se basa en la cautela, en mantener la guardia alta y no exponerse demasiado. Es una actitud que puede resultar efectiva en ciertos momentos, pero que a largo plazo puede limitarte y no permitirte crecer. Escribir y jugar a la defensiva es necesario en ciertas situaciones, pero no requiere inspiración, sino más bien disciplina, perseverancia, voluntad y constancia. Cuando te muestras defensivo, te enfocas en evitar errores y riesgos, en seguir reglas y en no salirte del guión. Esto puede ser útil en ciertos contextos, como por ejemplo, al escribir un informe o al jugar un partido importante...