El jefe es el jefe
Una jefa de depósitos de un banco, una jefa de cuentas corrientes y el gerente de la sucursal iban cruzando el parque camino a un restaurante en su horario de almuerzo. De repente se encontraron con una lámpara antigua. Al frotarla apareció (por supuesto y como es de costumbre) el famoso genio. - Por lo general concedo tres deseos cada vez que me llaman, por lo tanto y en este caso, será un deseo para cada uno de ustedes- aclaró el genio. - ¡Yo primero, yo primero! - dijo la jefa de cuentas corrientes - Quiero estar en Bahamas, navegando en un crucero y sin tener que rendirle cuentas a nadie. Puf… y desapareció hacia Bahamas. - ¡Ahora yo, ahora yo! - dijo la jefa de depósitos - Quiero estar en Cancún, en un yate privado, muy bien acompañada de un bello joven. Puf… Y desapareció hacia Cancún. - Ahora es su turno - le dijo el genio al gerente – ¡Yo quiero que esas dos estén en mi oficina en 5 minutos!. Moraleja: Espera siempre a que el jefe hable primero.