¿Por qué bostezamos? Mitos y realidades sobre el bostezo

Tradicionalmente, se ha creído que el bostezo es un reflejo involuntario que permite que más oxígeno entre en nuestro torrente sanguíneo y elimina el exceso de dióxido de carbono. Esta teoría se basaba en la idea de que cuando las personas están aburridas o cansadas, su respiración se ralentiza, lo que resulta en una falta de oxígeno que las hace bostezar. Sin embargo, investigaciones basadas en el ejercicio sugieren que esta teoría es incorrecta. En pruebas se descubrió que las tasas de bostezo de las personas no se alteraban durante el ejercicio, a pesar de un aumento en la frecuencia respiratoria y los niveles de oxígeno en el torrente sanguíneo. Además, los atletas a menudo bostezan antes de eventos importantes, lo que es poco probable que se deba al aburrimiento o a una disminución en la respiración. También se ha descubierto que los fetos bostezan en el útero, incluso aunque no respiren oxígeno en sus pulmones hasta después del nacimiento.

Nuevas teorías sobre el bostezo

Se ha sugerido que las personas bostezan para estirar los pulmones, la mandíbula y los músculos faciales, lo que aumenta la frecuencia cardíaca y hace que una persona se sienta más despierta, aunque esta sugerencia se basa en gran medida en el hecho de que un bostezo sofocado que no estira la mandíbula es insatisfactorio. Otras teorías son que el bostezo se utiliza para regular la temperatura corporal o que es causado por una variación en ciertas sustancias químicas, como la dopamina, en el cerebro. En la actualidad, se acepta que las razones exactas por las que bostezamos son desconocidas.

El bostezo contagioso: ¿Un acto social?

Tampoco se sabe por qué el bostezo es contagioso. Una teoría es que hemos evolucionado para bostezar cuando otros a nuestro alrededor lo hacen porque nuestros antepasados utilizaban el bostezo para coordinar el comportamiento social o para construir relaciones en un grupo. Cuando una persona bostezaba para señalar algo, como que era hora de dormir, el resto del grupo también bostezaba en acuerdo y las actividades de los miembros se sincronizaban.

El bostezo también podría haber sido utilizado para mostrar los dientes e intimidar a los enemigos, de modo que cuando un miembro del grupo bostezaba, los demás seguían su ejemplo. Esto ha perdurado hasta tiempos modernos, cuando el poder sugestivo del bostezo sigue siendo contagioso. Esta teoría se ve respaldada por el hecho de que los bebés, que no son conscientes de los códigos sociales, no bostezan de manera contagiosa hasta que tienen alrededor de un año de edad.

Conclusión

Aunque el bostezo es un acto cotidiano y aparentemente simple, sigue siendo un misterio para la ciencia. Las teorías tradicionales sobre su función han sido cuestionadas, y nuevas hipótesis sugieren que podría tener un papel más complejo en nuestra biología y comportamiento social. Mientras los investigadores continúan explorando este fenómeno, una cosa es segura: el bostezo sigue siendo un tema fascinante que conecta a las personas de maneras inesperadas.

¿Alguna vez te has preguntado por qué bostezas cuando ves a alguien más hacerlo? ¡Comparte tus pensamientos y experiencias en los comentarios!