Los apellidos son, relativamente, de origen reciente, y sus principios no fueron codificados sino hasta el s. XI d.C. Empezaron a usarse entre los miembros de la nobleza para diferenciar sus linajes. Más adelante se extendieron a las otras clases sociales que no pertenecían a ella. Han tenido numerosos orígenes. En inglés, muchas veces el nombre propio sirvió para formar el apellido. Por ejemplo, Alfred, el hijo (son) de John, se conoció como Alfred John's son (Alfred hijo de John), y así surgió el apellido Johnson. En francés algunos apellidos se formaron según el lugar donde había nacido la persona; por ejemplo, Enrique, nativo de Avignon, se convirtió en Enrique D'Avignon. Los apellidos también se originaron en relación con los oficios: Herrero, Pescador, Tinajero, y está el caso de los patronímicos, formados a partir del nombre propio: Rodrigo= Rodríguez, Fernando= Fernández, Martín= Martínez. Un caso curioso son los apellidos de algunas personas judías. Un decreto persec...