Judas es un nombre hebreo que significa "alabanzas sean dadas a Dios". Es un nombre más o menos frecuente en el Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva. San Lucas le llama "Judas el hermano de Santiago" (Hechos, 6:13-16). En el evangelio de San Marcos, Santiago y Judas son llamados "hermanos de Jesucristo" (San Marcos, 6:3) .
Se dice que Tadeo aparece como sobrenombre para dejar claramente sentada la distinción entre Judas Iscariote, el traidor. Por ello San Juan en su evangelio lo recalca diciendo: “Judas, no el Iscariote" (Juan, 14:22) .
Tadeo, en arameo, significa "magnánimo, de corazón ancho", aunque también existen otras interpretaciones que lo traducen como "valiente para proclamar su fe". Según otra definición, derivada del arameo, significa "pecho femenino", lo que sugiere ternura en el carácter y devoción casi femenina. Por otra parte, el evangelista Mateo, cuando relata el llamado de los apóstoles, lo llama expresamente Tadeo: "Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que lo traicionaría" (Mateo, 10:3-4) .
No obstante, para alejarlo de la sombra del traidor, el apóstol Judas será nombrado y reconocido, en variadas ocasiones, en los evangelios con la frase "no el Iscariote", como se ha dicho antes en Juan, 14:22. Ahora bien, en el mismo evangelio de San Juan se muestra la fisonomía espiritual de un verdadero apóstol, de corazón grande y valiente: "Judas, no el Iscariote, le preguntó: “Señor, ¿por qué hablas de mostrarte a nosotros y no al mundo?"' (San Juan, 14:22).
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